«Preferimos dirigirnos a los hombres. Parece que tienen muchos ingresos extra para este tipo de cosas, pero en realidad el robot sexual es bueno para cualquiera que tenga un cuerpo.»
Nos sentamos con Jason Scott, activista estadounidense, historiador de la tecnología, cineasta e intérprete, y parte del Internet Archive: https://en.wikipedia.org/wiki/Internet_Archive
Durante la entrevista, Scott habló de cómo los seres humanos experimentan la satisfacción y el deseo de formas distintas y necesitan estímulos diferentes; algunos pueden construirlos dentro de su propia mente, otros necesitan estímulos físicos. También habló de los robots sexuales y su parecido con los humanoides.
«Estamos muy bien programados para darnos cuenta de cuándo algo va mal. Si miramos una cara que tiene malas proporciones, lo reconocemos casi al instante. Ahora piense en hacer lo mismo con todo un cuerpo. Si algo está demasiado frío al tacto o es pegajoso, áspero o metálico. Lo notamos, y para algunas personas eso es un gran desvío. Así que, para conseguir los materiales, la artesanía y el trabajo necesarios para que, de algún modo, parezca una persona, resulta muy caro.»
Ante la pregunta sobre las posibilidades de comercialización de los robots sexuales, Scott menciona la importancia de la experiencia sintética, al tiempo que destaca la curiosidad de experimentar de las personas y probar cosas nuevas. Además, menciona su preocupación por lo que harán con los robots sexuales en sus casas; destacando que si este comportamiento repercute en la sociedad podría tener consecuencias negativas para ella.
Agradecemos a Jason Scott que se haya sentado a conversar con nosotros sobre la satisfacción y los estímulos humanos, así como sobre la cuestión de la seguridad en la tecnología. Más información sobre Jason Scott aquí: https://en.wikipedia.org/wiki/Jason_Scott
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