En los últimos diez años, casi todas las personas adultas han oído hablar del desarrollo de robots humanoides, ya sea a través de películas, libros o el propio ámbito científico. Algunos de estos encuentros se centraron en los robots humanoides de IA, otros en la finalidad sexual de los mismos. Entonces, ¿cómo de avanzados están realmente los robots sexuales?
Aunque la sociedad está avanzando constantemente en las capacidades de habla y aprendizaje de los robots de IA, así como centrándose en mejorar la mímica y los gestos, todavía hay algunos puntos clave que les impiden llegar a ser realistas y sentirse como un ser humano:
- Peso propio: equilibrar el peso de nuestro propio cuerpo suele parecer algo fácil, pero es el trabajo conjunto de muchos músculos y nuestro cerebro. Con robots que a menudo pesan hasta 50 kg, ya se convierte en una lucha permitirles ponerse de pie y moverse por sí mismos.
- Movimientos suaves: muchos robots sexuales siguen teniendo problemas para moverse con la suavidad de un ser humano real, ya que a menudo se mueven con demasiada brusquedad o con poca fluidez.
- Piel: puede que conozca la textura de los muñecos de silicona y plástico. Al sentirla, se sabe inmediatamente que no se trata de una persona. Imitar la sensación de la piel humana, con sus irregularidades y su tacto, ha resultado ser una de las principales dificultades para construir un robot sexual humanoide.
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